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“¿Por qué una osteópata habla de celulitis?”

Actualizado: 8 ago



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A veces, cuando digo que trabajo también con técnicas como la maderoterapia o el metalgua-sha, hay quien levanta una ceja:


“Pero… ¿eso no es solo estético?”

“¿No se supone que un osteópata trabaja con la salud?”

- Es hora de desmitificarlo -


No hipoteques tu salud: la belleza y el bienestar van de la mano.

Porque desde mi experiencia en consulta y el enfoque integrativo que defiendo, la apariencia y la salud no son ramas distintas: son un solo árbol con raíces profundas.

Celulitis, retención de líquidos, inflamación o pérdida de tono no son solo “imperfecciones estéticas”: son síntomas visibles de un cuerpo que lleva meses o años acumulando tensión, bloqueos y hábitos que le han restado vitalidad. Si tratamos esas señales de forma aislada, con cremas o soluciones exprés, solo tapamos el mensaje. Pero cuando abordamos el problema desde dentro y desde fuera, algo cambia de verdad.


Cuidarte no es superficial, es prevención.

Cuidar tu cuerpo no es vanidad, es respeto. Es decirle a tu organismo: “Te escucho. Voy a hacerme cargo”.

Porque aunque la sociedad nos haya enseñado a normalizar la inflamación (“es la edad”, “es genética”, “es postparto”), la ciencia confirma que no es así:

La inflamación crónica de bajo grado está asociada a una disminución de la circulación local, disfunción de la fascia y acumulación de adipocitos hipertrofiados que retienen toxinas y agua (Wang & He, Obesity Reviews, 2020).


La ciencia detrás de la maderoterapia y el metalgua-sha.

Técnicas como la maderoterapia y el metalgua-sha no son un “masaje estético” cualquiera:

  • Movilizan el tejido conectivo (fascia) mejorando la oxigenación y el drenaje linfático.

  • Estimulan la lipólisis en adipocitos gracias a la fricción y presión mecánica que favorecen la microcirculación (Kwon et al., Journal of Cosmetic Dermatology, 2017).

  • Ayudan a romper la rigidez fascial que limita la movilidad y perpetúa la inflamación.

  • Mejoran la llegada de nutrientes a la piel y tejidos profundos gracias al aumento del flujo sanguíneo local.

- La consecuencia visible es una piel más tersa y un contorno más definido, pero lo realmente importante es lo que no ves: un tejido más sano y funcional.


El brillo verdadero no viene en un frasco.

Ese “glow” que vemos en algunas personas y atribuimos a cremas de lujo o bisturís suele ser otra cosa:

  • Un cuerpo bien nutrido.

  • Un sistema hormonal equilibrado.

  • Un descanso reparador.

  • Un movimiento diario que activa la microcirculación.

Todo esto favorece una piel oxigenada, menos inflamación y más elasticidad. Es ciencia, no magia.


Mis terapias: la palanca para poner en marcha tu rueda.

Imagina una rueda gigante parada. Por mucho que empujes, no se mueve… hasta que alguien coloca una palanca en el punto exacto y, de pronto, un pequeño gesto basta para iniciar el movimiento.

- Así actúan mis terapias:

  • Osteopatía integrativa: libera bloqueos físicos y emocionales, reactiva la función del sistema nervioso y mejora la circulación.

  • Maderoterapia y metalgua-sha: estimulan el drenaje linfático, ayudan a movilizar tejidos cargados de toxinas y favorecen una figura más definida como consecuencia del equilibrio interno.

  • Masaje deportivo: despierta músculos dormidos, relaja sobrecargas y prepara tu cuerpo para sostener nuevos hábitos de vida.

No son ramas distintas. Son un enfoque único con un mismo objetivo: que recuperes la salud visible e invisible.


Historias que inspiran (y transforman).

Ana, 42 años. Ana llegó a mi consulta con la piel apagada, celulitis rebelde, hinchazón abdominal y una fatiga tan profunda que no se reconocía ni física ni emocionalmente. Había probado dietas restrictivas y productos cosméticos sin éxito.

En las primeras sesiones trabajamos su movilidad con osteopatía para desbloquear la zona lumbar y pélvica, favorecimos el drenaje con maderoterapia y ayudamos a reactivar su musculatura con masaje deportivo. También recibió pequeñas pautas sobre descanso y alimentación consciente.

- En 3 meses Ana perdió centímetros de inflamación acumulada en cintura y piernas, pero lo mejor es que recuperó su energía, su piel comenzó a tener un tono más uniforme y volvió a sonreír cuando se miraba en el espejo. Hoy entrena tres días a la semana porque, según ella, “ahora sí tengo ganas de moverme, porque mi cuerpo me responde”.

Laura, 36 años. Laura nunca se había priorizado. Tras su segundo parto, su cuerpo le pasaba factura: piernas pesadas, dolor en gemelos y glúteos, lumbalgias, hinchazón y 8 kg de más que se resistían a irse.

Con un programa de 10 sesiones, combinamos osteopatía para recuperar el equilibrio de su pelvis postparto, maderoterapia para activar su circulación y metalgua-sha para trabajar la fibrosis en zonas retenidas. La magia no estuvo en las manos ni en la técnica, sino en su decisión de comprometerse consigo misma.

Hoy Laura ha perdido 4,5 kg, su piel luce más firme y ha recuperado la energía para cuidar de sus hijos y apuntarse al gimnasio. Su entorno no deja de preguntarle qué está haciendo. Ella responde con una sonrisa: “Simplemente decidí cuidarme… y tuve la mejor compañera de viaje”.


La moraleja: no es flojera, es inflamación.

Si sientes que no tienes ganas de entrenar, de cuidarte o de empezar… no te culpes. Esa falta de motivación muchas veces es una consecuencia fisiológica de un cuerpo inflamado y bloqueado.

- La buena noticia: con el enfoque correcto, puedes salir de ese círculo. Lo difícil es dar el primer empujón, pero cuando colocamos la palanca adecuada, la rueda comienza a girar y con el tiempo basta un dedo para mantenerla en movimiento.


¿List@ para poner en marcha tu rueda?.

En Osteointegra no separo salud y belleza porque para mí no existe una sin la otra. Mi acompañamiento es el impulso inicial para que vuelvas a sentirte bien, verte bien y sostener el cambio a largo plazo.

 
 
 

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