Mi Historia
El cuerpo nos habla. A veces con susurros, otras a gritos… pero siempre nos da señales de que algo necesita atención. Durante años ignoré las mías hasta que entendí que el cambio empieza por escucharnos y cuidarnos de verdad. Y aquí comenzó mi camino, mi formación y mi vocación por ayudar a otros a cuidarse.
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Desde entonces, me he formado para comprender el cuerpo en todas sus dimensiones: cómo se bloquea, cómo se adapta, cómo se descompensa cuando algo tan básico como las malas posturas, la alimentación, las emociones o incluso la microbiota pierden su equilibrio… y cómo podemos devolverle esa armonía. La osteopatía pediátrica me ha enseñado, además, a observar los orígenes de muchas disfunciones adultas que empiezan en las primeras etapas de la vida.
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Hoy no concibo mi trabajo sin esa mezcla de ciencia, empatía y compromiso que pongo en cada sesión. Porque no se trata solo de músculos o huesos: se trata de ti, de cómo quieres vivir en tu propio cuerpo.


Mi Enfoque
Cada cuerpo es único, con su historia, sus hábitos y sus propias necesidades. Por eso mi manera de trabajar se adapta a ti, no al revés. Observo, escucho y valoro para entender qué está bloqueando tu bienestar y cómo podemos liberarlo.
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Mi enfoque combina la precisión de la osteopatía integrativa con herramientas que acompañan procesos de cambio: desde el ajuste postural y la liberación miofascial hasta técnicas que estimulan la circulación, el sistema nervioso o el metabolismo. Todo con un objetivo: ayudarte a sentirte mejor, con un cuerpo más fuerte, ágil y en equilibrio.
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Además, creo que el verdadero cambio ocurre cuando el cuidado sigue fuera de la camilla, por eso te acompaño con pequeñas acciones para tu día a día y, si es necesario, te conecto con otros profesionales que sumen a tu proceso de bienestar.
